Antes que nada querid@ lector@ te pido disculpas por el léxico de esta reflexión.
Fíjate que lo estoy viviendo en casa, por segunda vez. Y aún así, ocurre. Me da miedo que mis palabras puedan dañar, temo contar mi experiencia porque pienso que puede verse exagerada a ojos de unos e invisible a ojos de otros.
Escribo por desahogo. Cuando el cáncer volvió removió con fuerza los temores que se habían empezado a destapar con el primer diagnóstico. Por eso estas leyendo ahora estas letras. Supe que tenía que transformar toda la energía interna que se había creado.
Por otro lado, cuando empecé a plantearme el hecho de emprender (prótesis para mujeres mastectomizadas) dentro del nicho del cáncer de mama antes de que mi madre volviera a ser diagnosticada me sentía una impostora. Una impostora porque mi madre estaba “curada” y yo iba a sacarle partido a su vivencia. Te suelto todo esto por aquí, que puede que te importe o que no, que lo vayas a juzgar o que no, que lo mires con lástima o te pueda inspirar.
Simplemente me muevo, me muevo por el impulso y por el fuego dentro, tal vez de querer entender que ocurre en casa y en la consulta. Tal vez de mi lado más humano de querer compartir esta historia y que otra persona me diga “me siento igual”.
Estos pensamientos al azar son fruto de la desinformación. Nadie me había contado que al pasar el cáncer en segunda persona me vendrían tantas inseguridades. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Mis sentimientos están en cuenta? ¿Debo dejar al lado mis emociones porque no soy yo la paciente? ¿Puedo estar presente en este mundo sin que parezca que estoy aprovechándome de él?
El cáncer se tiene que desmontar, se tiene que replantear. Debemos quitar todo aquello que le hemos añadido como sociedad y pensar de nuevo el significado que le damos personalmente a la palabra. Por lo menos es lo que a mi me ha servido. He tenido que ver qué connotaciones le estaba dando yo a estas seis puñeteras letras y descifrar qué parte de todo ello me creía por inercia y qué cosas había visto en primera persona. Estamos sobreestimulados, pero es que también estamos súper sesgados en cuanto a un proceso de cáncer… Y hasta que no puedas distinguir tú realidad (lo que ocurre realmente en tu proceso) de películas o anuncios… no serás realmente libre.
Entrar a compararse cuando se transita por la enfermedad es muy fácil. Realmente es algo que de por sí hacemos como instinto natural. Y ese es mi objetivo. Traer los temas naturales, la vida cotidiana. Trasladarla a un espacio donde podamos hablar del día a día cuando el cáncer llega a nuestras vidas. Al final veo mucho lo típico de nombrar temas habituales en redes sociales, por el clickbait… pero no dar consejos prácticos, no poner voz a historias reales… Me aburre tanta monotonía! Con todo lo que tenemos que decir!!
Estoy volviendo a conocerme. Qué loco. Pienso que la Sara del pasado que tenía una familia “normal” sin estos temas nuevos y la Sara actual no se reconocerían por la calle… y casi lo agradezco. Abrazo lo que fui, pero tenía que crecer. Y a veces la vida te hace crecer con palos (o con noticias que llegan para hacerte temblar). Como en su momento me sentí tan desprotegida y asustada. He decidido crear este blog. Para hablar y entender. Para conocer y empatizar. Para gritar también. Para llorar, reír y recordar. Para que se sume más gente y podamos dar una visión del cáncer.
Y para que nos dejemos de preguntar si lo estamos haciendo bien o mal en el proceso oncológico. Hacen falta estos espacios. Poder hablar del cáncer con normalidad en las escuelas, poder crear grupos de apoyo en las calles y reunirnos en cafeterías. Poder contar lo que sentimos sin juicio y tener más información que nos libre de tanto cuestionamiento. Debemos aprender a tener diálogos internos, a conocernos de nuevo en estas circunstancias. Es normal que nos surjan dudas e inseguridades… Todo el mundo habla del cáncer pero nadie lo conoce realmente hasta que aparece de lleno en tu vida.
Porque no es fácil un diagnóstico de cáncer de mama.
No es fácil una sociedad que te cuenta que el rosa ahora te pertenece y que debes sonreír si te ves calva porque es lo que se muestra en el anuncio.
Porque también hay momentos preciosos y hay que aprender a disfrutarlos, de otras formas, de nuevas maneras.
Porque tampoco es fácil enfrentarse a la noticia en segunda persona, y tampoco encuentro apoyos sociales que me permitan sentirme libre acompañando.
Vamos a contar lo que no nos cuentan
Vamos a aprender a gestionar el cáncer de mama. Cada una a su forma y ritmo. Sin juicios. Porque cáncer es una palabra, que engloba tantas realidades como las personas que lo viven. Y esto es así… Tanto en lo bueno como en lo malo… En lo bueno ya está bien… Pero en lo malo, cuando te dicen “cáncer” en la consulta solo te viene a la cabeza tal persona famosa con un trágico final. Y sí, hay que pensar en la muerte y está bien que podamos integrarla en la sociedad y naturalizarla. Pero no es tan positivo que la asocies con la enfermedad.
Primero, porque no es justo para ti.
Segundo porque hay tantas posibilidades de que pasen infinidad de cosas que si te comparas para mal solo te quedas con una de las opciones.
Tercero y más importante aún que los dos puntos anteriores.
Si estás leyendo esto, es porque ahora vives. Qué regalo joder!! (Párate, respira, abrázate, mírate a los ojos frente al espejo, grita, mira el atardecer o disfruta de la lluvia… Si es de noche prepárate algo calentito y abrázate en el sillón o recuéstate sobre tus seres queridos). La vida es ahora. Con cáncer o sin él.
¿Y tú cómo lo ves? ¿Sientes que el cáncer es un monotema orientado siempre de la misma manera?
¿Qué enfoque te gustaría que la sociedad tuviera del cáncer?
¿Cuánto tiempo has tardado en darte cuenta de que no tenías ni idea de cómo enfrentarte a la realidad del diagnóstico?
Te escucho, te leo, te apoyo.
Un abrazo.
Sara.